«Al ruido del Duero» de Claudio Rodríguez, presenta una métrica que es una variante de lo tradicional. Nos encontramos ante un tipo de poesía hermética, es decir, un tanto compleja que comienza de una manera arcaica con la conjunción "y" (in media res).
El poeta nos está contando cómo disfrutaba paseando en soledad por las orillas del río, reflexionando y contemplando la naturaleza. Es el río Duero, el de su tierra, por el que giran todos los demás elementos. Prosiguiendo con el poema, en los versos 10 al 22 encontramos un elemento histórico que se corresponde con el Romancero de Zamora.
El Duero es para el poeta: canto y taller en vida; asimismo, su melodía es materia que le inspira en la creación de su obra. En los últimos versos, le pide al río que sea "Duradero", es decir, que no pause su son y que, por tanto, defienda al hombre de su tierra.
El poema íntegro a continuación:
El poema íntegro a continuación:
«AL RUIDO DEL DUERO»
Y como yo veíaque era tan popular entre las callespase el puente y, adiós, deje atrás todo.Pero hasta aquí me llega, quitadmelo, estoy siempreoyendo el ruido aquel, y subo y subo,ando de pueblo en pueblo, pongo el oídoal vuelo del pardal, al sol, al aire,yo se que, al cielo, al pecho de las mozasy siempre el mismo son, igual mudanza.¿Que sitio este sin tregua? ¿Que hueste, que altas lidesentran a saco en mi alma a todas horas,rinden la torre de la enseña blanca,abren aquel portillo, el silencioso,el nunca falso? Y erestú, música del rio, aliento mío hondo,llaneza y voz y pulso de mis hombres.Cuanto mejor seriaesperar. Hoy no puedo, hoy estoy durode oído tras los años que he pasadocon los de mala tierra. Pero he vuelto.Campo de la verdad, ¿qué traición hubo?¡Oíd como tanto tiempo y tanta empresahacen un solo ruido!¡Oíd como hemos tenido día tras díatanta pureza al lado nuestro, en casa,y hemos seguido sordos!¡Ya ni esta tarde más! Sé bienvenida,mañana. Pronto estoy: sedme testigoslos que aún oís. Oh, río,fundador de ciudades,sonando en todo menos en tu lecho,haz que tu ruido sea nuestro canto,nuestro taller en vida. Y si algún díala soledad, el ver al hombre en venta,el vino, el mal amor o el desalientoasaltan lo que bien has hecho tuyo,ponte como hoy en pie de guerra, guardatodas mis puertas y ventanas comotú has hecho desde siempre,tú, a quien estoy oyendo igual que entonces,tú, rio de mi tierra, tú, río Duradero.
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